Alexander y Ricardo

 

 

Compromiso: 7 diciembre 2019

Boda: 7 diciembre 2023

Lima, Perú

Wedding planner: Organízate Wedding Planner @organizateweddingplanner

Foto: Jose Lara @joselaraweddings

Video: @urielsantisteban

Decoración: @ramonadecoatelier

Dj: @djfreddybobadilla

Orquesta y coros: @cororicardovenegas

Make up: @elsajulcamakeup

Vestuario: @sastreria_cael

Flores: georghyna.atelier.floral

Entretenimiento: @naricitasparty

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La historia de Alexander y Ricardo comenzó con un match en Tinder y una cena que no solo abrió el apetito, sino que despertó una conexión innegable. Desde ese primer encuentro, la chispa fue evidente y, sin perder tiempo, una semana después estaban desafiando juntos la altura y el frío de los nevados de la sierra peruana. No había dudas, el destino no les dejó espacio para la incertidumbre: en apenas tres meses, ya estaban construyendo un hogar en común, con la certeza de que juntos eran la mejor versión de sí mismos.

El compromiso llegó de manera tan natural como su amor. En un viaje a la playa, entre el vaivén de las olas y una decisión compartida, supieron que era el momento de dar el siguiente paso. Inicialmente, soñaban con casarse en Nueva York, pero la pandemia reescribió sus planes y, en un giro inesperado, su ceremonia fue en Chicago, vía Zoom, con más de cien personas conectadas desde distintos rincones del mundo. Lo único que quedó pendiente fue la celebración, que finalmente llegó en diciembre de 2023, con la grandiosidad que su amor merecía.

El Club Ecuestre de Huachipa se convirtió en el escenario perfecto para su boda. No contemplaron otra opción, porque para ellos, casarse en su ciudad no solo significaba reunir a todos sus seres queridos, sino hacer una declaración de aceptación y visibilidad en un país donde el matrimonio igualitario aún no es legal. Cada detalle fue planeado con ilusión y compromiso, y los proveedores se sumaron a su visión con entusiasmo, haciendo del proceso algo memorable.

La decoración fue una obra de arte: minimalista, elegante, futurista y con un aire de festival. Querían que sus invitados sintieran que estaban en un espacio creado desde el amor y para el amor. La ceremonia simbólica estuvo cargada de simbolismos poderosos: el altar flotaba sobre una laguna y se orientaba hacia el ocaso, como en las antiguas ceremonias incas. Los invitados, sentados en círculo como en los anfiteatros griegos, fueron testigos de un momento único, donde la música, las palabras y los elementos de la naturaleza se unieron en un acto de profundo significado. Uno de los momentos más conmovedores fue la interpretación del «Himno del Amor» de Edith Piaf, un recordatorio de que el amor, tras cualquier lucha, siempre triunfa.

Para su primer baile escogieron “Palermo 332”, un tango argentino que originalmente surgió en los suburbios, entre hombres, representando la dualidad sin distinciones. Y si el primer baile dejó sin aliento a los invitados, hubo tres momentos que hicieron de la boda un evento inolvidable: el ingreso al altar en un Volkswagen de 1970, rodeados de aplausos y el sonido de las trompetas; los discursos de los invitados, cada uno más emotivo que el anterior; y el show de su primer baile, con un montaje digno de Broadway que dejó a todos maravillados.

Para las parejas que están en proceso de planificación, Alexander y Ricardo tienen un consejo claro: más allá de la logística y la estética, la boda debe ser un reflejo de lo que son y de lo que quieren transmitir. «Que cale en los corazones y la conciencia de las personas, que inspire a otros a creer en un amor justo, reconciliado e igualitario.»

Hoy, al mirar atrás, saben que lo único que realmente importa es la decisión de dar el paso. «No importa si tienes miedo, la boda es entre ustedes dos y solo necesitan las ganas de hacerlo realidad.” Y es cierto, porque cuando el amor es auténtico, nada más es necesario.

Que su historia siga sumando momentos inolvidables, llenos de luz, amor y felicidad infinita.